El restaurante Raíz está situado dentro del complejo que la Bodega Páramo de Guzmán ha construido alrededor de sus viñas. Parada obligada para los amantes de la enología, este reducto del buen yantar sigue fiel a la gestión familiar para ofrecer una cocina que gira en torno al pollo de corral, una de las joyas de la cocina basada en el sabor.
Javier Jimeno lleva más de tres décadas de andadura profesional en el mundo de la cocina, y su fama en la zona de Ribera del Duero comenzó en el Casa Javi de Hoyales de Roa, un comedor en un pequeño pueblo fuera de las rutas turísticas. El bodeguero Miguel Guzmán supo apreciar su valía y le convenció hace 5 años para regentar el restaurante del nuevo hotel que quería abrir junto a su bodega, Páramo de Guzmán, y su apuesta no le ha defraudado, pues Raíz sigue luchando contra un escenario cada vez más adverso.
Alojado en un edificio singular, moderno, atípico en la zona hasta la llegada del que ahora alberga el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Ribera del Duero a escasos metros de este pequeño hotel, Raíz se enmarca en un paisaje de cepas que producen algunas de las mejores familias de vinos del mundo. Nada más entrar nos recibe la cava antigua restaurada desde la que se adivinan los casi 400 metros de longitud que tiene la bodega de Páramo de Gúzman. En la entrada oficia Miriam, la hija de Javier, y suyo es el mérito de que los clientes se sientan como en casa desde el primer momento. Toda vitalidad y profesionalidad con ese toque de cercanía que no tiene precio.